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Derechos fundamentales de la naturaleza
POR GILBERTO QUESADA MORA / TEÓLOGO. Viernes 06 de junio 2014
“Hubo en aquel tiempo una gran protesta de parte del pueblo y de sus mujeres contra sus compatriotas judíos, 2 pues algunos decían que tenían muchos hijos e hijas y necesitaban conseguir trigo para no morirse de hambre; 3 otros decían que debido a la falta de alimentos habían tenido que hipotecar sus terrenos, viñedos y casas, 4 y otros decían que habían tenido que pedir dinero prestado para pagar los impuestos al rey, dando en garantía sus terrenos y viñedos. Decían además: 5 «Tanto nuestros compatriotas como nosotros somos de la misma raza; nuestros hijos no se diferencian en nada de los de ellos. Sin embargo, nosotros tenemos que someter a nuestros hijos e hijas a la esclavitud. De hecho, algunas de nuestras hijas son ya esclavas, y no podemos hacer nada por evitarlo, porque nuestros terrenos y viñedos ya pertenecen a otros.»
6 Cuando escuché sus quejas y razones, me llené de indignación. 7 Después de pensarlo bien, reprendí a los nobles y gobernantes por imponer una carga tal a sus compatriotas. Convoqué además una asamblea general para tratar su caso, 8 y les dije: «Nosotros, hasta donde nos ha sido posible, hemos rescatado a nuestros compatriotas judíos que habían sido vendidos a las naciones paganas; ¿y ahora ustedes los vuelven a vender para que nosotros tengamos que volver a rescatarlos?»
Ellos se quedaron callados, pues no sabían qué responder. 9 Y yo añadí: «Lo que están haciendo no está bien. Deberían mostrar reverencia por nuestro Dios, y evitar así las burlas de los paganos, nuestros enemigos. 10 También mis familiares, mis ayudantes y yo, les hemos prestado a ellos dinero y trigo; así que, ¡vamos a perdonarles esta deuda! 11 Y les ruego también que les devuelvan ahora mismo sus terrenos, viñedos, olivares y casas, y que cancelen las deudas que tienen con ustedes, sean de dinero, grano, vino o aceite.» 12 Ellos respondieron: «Devolveremos todo eso, y no les reclamaremos nada. Haremos todo tal como lo has dicho.»
Entonces llamé a los sacerdotes, y en su presencia les hice jurar lo que prometieron. 13 Además me sacudí la ropa y dije: «Así sacuda Dios fuera de su casa y de sus propiedades a todo aquel que no cumpla este juramento, y así lo despoje de todo lo que ahora tiene.» Toda la multitud respondió: «Amén», y alabaron al Señor.
NEGRITA (Devolverle a la naturaleza sus derechos)
“Y les ruego también que les devuelvan ahora mismo sus terrenos, viñedos, olivares y casas, y que cancelen las deudas que tienen con ustedes, sean de dinero, grano, vino o aceite”.
Popularmente conocemos una expresión que dice: “Nadie cuida lo que no es suyo”, “los terrenos, viñedos, olivares, casas y porque no, grano, vino, aceite”, todo esto en manos de dueños no originales, corre el riesgo de no ser cuidado o protegido con la especial atención que lo hace el dueño o dueña original.
Si partimos de esta afirmación, podríamos pensar que los segundos dueños, las autoridades en el texto de Nehemías, tratarán con irrespeto todas estas propiedades del pueblo y esto es un atropello a la gente, pero también a las mismas propiedades, es decir la naturaleza comprendida en cada uno de esos conceptos terrenos, viñedos, olivares, casas y porque no, grano, vino, aceite.
Estoy forzando un poco el texto para reflexionar el tema de los derechos de a naturaleza y el concepto indígena del Buen Vivir. En una concepción tradicional, patriarcal, la humanidad se ha relacionado con la naturaleza a nivel de destrucción, explotación, aprovechamiento indebido, aniquilamiento, más tarde y gracias a los procesos de concientización muchas personas nos relacionamos con la naturaleza a nivel de respeto, cuido, reparación o quizás de cero relación con el fin de no perjudicarla, no intervenirla, no transformar nada. Pero hemos llegado a un momento de conocimiento tal que la promoción de los derechos de la naturaleza nos lleva necesariamente a interactuar con ella en una relación de equilibrio, de diálogo, de mutua ayuda.
Es por eso que hoy día se habla de ponernos al lado de la naturaleza para aprender de los ecosistemas modos de vida en pleno equilibrio con el entorno que es también nuestro entorno, de igual manera hoy se habla de una necesaria consideración de los ecosistemas para promover lo que llamaríamos otra economía, necesaria inclusiva y solidaria; ya no solo respetando el entorno natural, sino interactuando con los ecosistemas , tanto para aprender de ellos y rehacer nuestros aprendizajes, como para incluir los modos de funcionamiento natural de los ecosistemas en nuestros nuevos modos de vida.
Seguir estos senderos es aproximarnos a las prácticas de vida de los pueblos originarios, es decir los primeros dueños, son prácticas naturales aprendidas en una sana relación del ser humano con la naturaleza de la cual somos una parte y no la parte, es aquí donde queremos enfatizar el respeto por los derechos del ambiente, los derechos de la Madre naturaleza entendida no como lo natural, sino como todo modo de vida que coexiste y con los cuales coexistimos, la tarea será ya no solo de respeto y reparación, sino de aprendizaje para asegurar una sobrevivencia que va de la mano con las formas de existir y coexistir de cada ecosistema.
Los primeros dueños, lo que si cuidan, los que si respetan, los que han aprendido a vivir en armonía con la naturaleza, hoy nos recuerdan que necesitamos desaprender modos destructivos e indiferentes de vivir para retornar a una convivencia armoniosa y lógica con la naturaleza.
Entonces no se trata solamente de respetar los derechos de la naturaleza, sino de devolver a los primer dueños la naturaleza o cosa contraria, -porque seguro no podemos devolver- tratar a la naturaleza como la trataron o tratan los primeros dueños, esto tiene que ver con el cuidado que tengo con las cosas materiales que administro, pero que no son mías, la naturaleza toda, la administramos, pero no es nuestra, somos sus cuidadores y cuidadoras, pero a menudo lo olvidamos.